Marketing de contenidos, ¿sólo para los grandes?

Por Moisés G. Hernández

¿Crees que el marketing de contenidos es sólo para las grandes ligas? Si piensas esto, estás equivocado.

¿Crees que el marketing de contenidos está reservado solo para grandes agencias digitales? ¡Error! Permíteme decirte que incluso algunas de esas agencias ni siquiera saben qué es el marketing de contenidos, y como la mayoría cree que estar en redes sociales es lo único importante en este mundo, lo que le venden a sus clientes es  la administración de estos espacios virtuales.

El Content Marketing Institute, una referencia en este campo, define el marketing de contenidos como la «estrategia de marketing enfocada en crear y distribuir contenido valioso, relevante y consistente para atraer y retener una audiencia claramente definida y, en última instancia, impulsar al cliente a una acción rentable».

¿Y qué son los contenidos? Textos, imágenes, videos, audios, etc. ¿Y la acción rentable? Pues, vender.

Como puedes ver, en esta definición no se dice que esta disciplina, si la podemos llamar así, es solo para una compañía transnacional, una agencia de publicidad o la empresa con más renombre del país. Y es que ni siquiera dice que esto está reservado para las empresas. Es decir, que si tú te lo propusieras, podrías tener también una estrategia de contenidos para atraer potenciales clientes y retener a los que ya tienes. ¿Te das cuenta de por qué te decía que estabas equivocado?

Hasta acá todo lo pinto motivador, lo sé, pero no es un trabajo sencillo, y es que parece que la opinión general es que solo hace falta estar en Internet, tener un sitio web y abrir cuentas en redes sociales (y publicar como locos) para que la gente llegue solita y nos ame, porque ¿total?, ese trabajo lo realiza cualquiera.

¿No es eso lo que hace un community manager, sentarse y actualizar «el Facebook» y «el Instagram»?

Y no lo afirmo de esta manera porque no crea que el trabajo de un administrador de comunidades no sea importante; al contrario, se necesita estrategia, creatividad, óptima redacción y mucha paciencia. La parte triste es que cuando arrancas y no ves resultados empiezas a cuestionarte si los medios digitales sirven para algo.

Marketing de contenidos coherente

Lo primero que debes hacer es sentarte a definir tu objetivo: ¿qué quiero lograr con esto?, ¿cuál será el objetivo del sitio web o del blog que quiero hacer? ¿Qué es lo que persigo al estar en redes sociales? No importa si tu negocio es una panadería o si prestas tus servicios de abogado: necesitas un objetivo, y ese debe ser la base de construcción de todo lo demás.

Los contenidos deben ser coherentes con tu negocio, con tu razón de ser. No debes hablar de colchones si tu negocio es vender panes, por ejemplo.

Tampoco hables únicamente de tus productos o servicios, como si fueras un catálogo, ni hables de lo increíble que eres, al estilo de «somos una empresa con amplia experiencia en el sector». La era del mensaje unidireccional ya se acabó. El marketing de contenidos se trata de serle útil a la gente, de entenderla y ayudarla. Son relaciones humanas, y los egocéntricos no son muy queridos, pues se dedican a hablar de ellos mismos, y como los más importantes son ellos, no escuchan a los demás.

Otro punto que debes considerar es el conocimiento. Yo no me compraría un bote para lanzarme al mar sin tener idea de cómo navegar. El fracaso estaría asegurado, ¿cierto? Necesitas saber, asesorarte. Estudia, consulta a especialistas, rodéate de personas que sepan y tengan experiencia, mucha o poca, pero que tengan un trabajo que mostrar, de éxitos y fracasos. No subestimes nada.

Pensar que no hace falta el análisis, la estrategia y la mejora continua porque no eres de los grandes no es coherente con lo que tú necesitas. Si eres de los que piensas de ese modo, más vale que dejes de estar en Internet.

Tutear o no tutear al cliente: el dilema del que poco se habla

Moisés G. Hernández G.

En estos días me tocó atender cara a cara a dos suscriptores de la lista de correo que manejo, dos señores mayores, y a las personas de edad avanzada yo no las tuteo. Soy incapaz de hacerlo.

Lo curioso es que en los correos que envío de lunes a viernes yo sí tuteo a los suscriptores. No sé qué edad tiene cada uno de ellos, pues no les pido la fecha de nacimiento, pero con el fin de construir cercanía evito la formalidad de utilizar el “usted”.

Sin embargo, debido a que esta experiencia un poco “extraña” me dejó pensando, consulté a algunos de mis referentes en e-mail marketing y copywriting. Ambos coincidieron en que tutear en los correos es lo correcto y que marcar distancia con el “usted” poco a poco va cayendo en desuso.

Uno de ellos me aconsejó que si me salía tratar de usted al hablar en persona o por teléfono, que lo hiciera así. El otro, que tenía que mantener la coherencia: si tuteo por email, pues que haga lo mismo por las otras vías de comunicación.

Ahora, el problema es que no estoy tan seguro de eso. 

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La coherencia

El tema de la coherencia acerca de la forma de referirse a un cliente no es la primera vez que lo escucho. Maïder Tomassena, conocida copywriter española, lo trata en un artículo de su blog

Ella recomienda definir desde un principio cómo queremos tratar al cliente, es decir, precisar nuestro público. Si queremos mantener cierta formalidad, porque nuestro negocio lo requiere, es mejor que usemos el pronombre de la tercera persona del singular (usted). Si no, el de la segunda persona del singular (tú).

Tomassena advierte sobre algo que es muy común: mezclar los dos tratamientos en un mismo lugar. Se ve no solamente en webs de pequeñas empresas, sino también en las de marcas muy famosas en el mundo.

Mezclar tú y usted en un mismo texto es una incoherencia que refleja la falta de profesionalismo al escribir.

“Te gusta complicarte”

Este es un tema que ha estado dando vueltas en mi cabeza desde hace un tiempo.

Por eso, un día lancé una encuesta en LinkedIn para pedir la opinión de mis contactos. Aunque no obtuve cientos o miles de resultados, todos (las 7 personas que respondieron) coincidieron en que hay que decidirse por una fórmula al momento de tratar al comprador de nuestros productos o servicios.

Pero ¿lo dirían desde un punto de vista práctico o teórico de lo que debe ser?

Siempre que tengo una duda, consulto a mi audiencia más cercana, mi esposa, quien además es mi colega. Su respuesta fue lapidaria: “te gusta complicarte”.

Ella, como usuaria, no ve ningún problema en que la tuteen por e-mail y que después la traten de “usted” en una llamada telefónica. 

En esta web la marca tutea al cliente en el título principal…
…y en la parte inferior o «footer» de la misma página se mezclan los dos estilos.

Tal vez me esté enrollando demasiado con este tema, pero no por ello deja de ser importante.

Hay mucha tela que cortar aquí. El entorno cultural tiene mucho que ver. Sé que en España, por ejemplo, el tratamiento de Ud. está pasando de moda, mientras que en América Latina es muy utilizado. También ocurre que hay personas que detestan que las tuteen, a pesar de ser jóvenes, y comentan que es una costumbre extendida, principalmente, entre las compañías de telecomunicaciones. 

Yo hasta ahora no he tenido problemas con los suscriptores de la lista de correo que tengo a cargo. Ninguno ha protestado porque los trato de “tú”. Debido a que el enlace al que se conducen los suscriptores llega a artículos en que se tutea al lector, sí sería una incoherencia tratar de “Ud.” en el correo y luego de “tú” en el texto de la web.

¿Cómo resolver el tratamiento al cliente?

Estoy de acuerdo con lo que propone Tomassena y otras personas que ya han hablado sobre este tópico: hay que definir todo esto en una guía de estilo de nuestras comunicaciones. 

Este manual debe responder al público al que nos dirigimos. No es lo mismo el usuario de una aplicación de delivery, por ejemplo, que el cliente de un banco. Por eso, hay que saber cuál es nuestro cliente.

También hay que situarse en el entorno cultural. ¿Prefieren los clientes que los tuteen o que los traten con más distancia?

El error más grande sería mezclar en una misma plataforma ambos tratamientos. 

Y algo fundamental que deberíamos tener en cuenta: si nos decimos a tratar de usted a los clientes en la web, ¿los trataríamos igual en redes sociales tan informales como Instagram?

Es un tema para pensar. ¿Cómo lo manejas tú? Déjame tu opinión en la sección de comentarios.

*Foto utilizada en imagen principal: Lukas / Pexels

7 razones por las que deberías implementar el e-mail marketing en tu negocio

Por Moisés G. Hernández

Mientras muchos luchamos como pequeños habitantes de una tierra digital contra jóvenes gigantes llamados algoritmos, un tipo ya maduro observa, sentado en una banca, la incesante pelea en la arena, con una leve sonrisa en la cara: es el e-mail marketing.

No es un tipo fácil, pero sí más confiable y predecible.

Y las estadísticas más recientes indican que hay larga vida para este medio a veces ignorado ante la popularidad de las redes sociales del momento.

Según el sitio web Statista.com, en 2020 el mercado mundial de e-mail marketing se valoró en USD 7.500 millones y proyecta que la cifra aumentaría a USD 17.900 millones en 2027.

Por mi experiencia, puedo decir que desde que implementé el marketing de correo electrónico en mi lugar de trabajo como una estrategia para crear relevancia de marca, noté sus beneficios: aumento de las visitas recurrentes a la web, fidelidad de los suscriptores e interacciones.

Es emocionante ver el comportamiento de tus suscriptores con cada campaña enviada. Y más emocionante aún es cuando te responden los e-mails para agradecerte por el contenido.

Pero hablemos de lo que te ha traído aquí. ¿Por qué debes considerar este canal en tu estrategia de marketing digital?

1.- No luchas contra algoritmos caprichosos

Si manejas redes sociales, sabes que con las publicaciones orgánicas tienes un alcance muy limitado. Todo depende del bendito algoritmo.

Tienes que “bailar al son que te toquen”. ¿Quieres alcance? Paga.

Con el e-mail marketing lo que necesitas es creatividad para escribir tus asuntos y saber cuáles son esas palabras que podrían llevarse tu correo a la basura. A la primera tal vez no saldrá, pero la experiencia te lo dirá, campaña tras campaña. Eres tú y tu público.

2.- El e-mail marketing es personal

Esta es una relación de uno a uno. Un mensaje, una cuenta.

La bandeja de entrada de tu suscriptor es como su casa. Llegas ahí porque esa persona te lo permitió.

Es el marketing de permiso, término acuñado por un señor llamado Seth Godin. Esto quiere decir que tu destinatario te autorizó para enviarle correos. Te dio sus datos, y bien sabes que esto es tan sagrado como entrar a la casa de alguien.

3.- No hay distracciones

Sí, diariamente llegan muchos mensajes a la bandeja de entrada.

Sin embargo, por experiencia propia sabes que cuando abres un e-mail solo lees ese mensaje. ¿Pasa lo mismo cuando entras, digamos, a Instagram?

Es emocionante ver el comportamiento de tus suscriptores con cada campaña enviada. Y más emocionante aún es cuando te responden los e-mails para agradecerte por el contenido.

Los algoritmos de las redes sociales muestran sólo aquellas publicaciones con las cuales los usuarios interactúan más. Tú no tienes el control sobre ello.

Nuevamente, con el e-mail marketing tienes la atención plena del usuario

4.- Los contactos son tuyos

Me causa mucha gracia esa obsesión con el número de seguidores en redes sociales, al punto de usarlo como métrica fundamental. A ver, ¿cuántas de esas personas conectan realmente contigo?

No es que esté mal incrementar la cantidad de personas que nos siguen, pero no es una métrica que valga mucho la pena si no hay una conexión real con tu negocio.

La lista de suscriptores es tuya. Son tus contactos. No hay algoritmo que la derrumbe.

A eso debes apuntar cuando alguien visite tu web, así como también en cada evento virtual que hagas, por ejemplo.

5.- Puedes segmentar tus mensajes

Con el marketing por correo electrónico puedes segmentar para llegar a la audiencia correcta.

En plataformas como Mailchimp, esto puede ser tan sencillo como etiquetar a usuarios que hagan determinada acción. 

Supongamos que tu negocio es de artículos deportivos y organizaste un evento para quienes son aficionados a correr en montaña. En este caso, puedes crear una página de inscripciones (una landing page) dentro del mismo Mailchimp y configurarla para que etiquete automáticamente a cada suscriptor. Esas etiquetas te servirán para enviar correos a potenciales clientes, que estén interesados, por ejemplo, en artículos que mejorarán su desempeño en ese deporte.

Según esa plataforma de marketing, las campañas segmentadas según el interés de los usuarios tienen una tasa de apertura de 74,53% más alta que aquellas que no están segmentadas. La tasa de apertura es una métrica que refleja la cantidad de e-mails abiertos sobre el número total de correos enviados en esa campaña.

6.- Tráfico continuo a tu web

Más arriba te decía que comprobé que con una estrategia de e-mail marketing he logrado mantener las visitas recurrentes a una web que tengo a cargo.

No es que esté mal incrementar la cantidad de personas que nos siguen, pero no es una métrica que valga mucho la pena si no hay una conexión real con tu negocio.

Tal vez te gastaste todos tus ahorros para desarrollar tu blog o sitio web, y en tu pecho no quepa el orgullo que sientes por tu creación. De repente tiene un tráfico que hace morir de envidia al mismísimo Amazon. Sí, es una exageración. Lo que quiero decirte es que si no tienes los datos de tus visitantes, no habrá manera de conectarte con ellos y fidelizarlos.  

Con las visitas continuas a tu web tienes exposición de tu marca y, por supuesto, más oportunidades de vender.

7.- Más ventas

Empresas y consultores de marketing digital utilizan esta vía para vender.

De acuerdo con HubSpot, el e-mail marketing genera el retorno de inversión más alto para las pequeñas empresas. Y fíjate muy bien que indica que son pequeñas, no GRANDES compañías. 

Expertos de la industria indican que en 2019 había 3.900 millones de usuarios de e-mail en todo el mundo, y para 2024 estiman que esa cifra crecerá a casi 4.500 millones de usuarios.

Aquí hay una gran oportunidad.

En resumen

Bien hecho, el marketing por correo electrónico no es spam

Aunque hay otras cosas que cuidar, como la redacción de un asunto relevante, esto no se compara con luchar con un algoritmo cambiante que te obliga a pautar publicidad para lograr alcance en una red social.

El correo es personal. Te ayuda a mantener una comunicación estrecha con tu público para fidelizarlo.

Siempre que escribas un buen texto, es más fácil mantener la atención de tu lector en un correo que en una publicación de redes sociales, donde hay más distracciones.

No hay manera de llevarte a otra parte tus cientos o miles de seguidores en redes sociales. Con el e-mail marketing sí. Además, puedes enviarles mensajes personalizados mediante una segmentación. 

Con el marketing por correo electrónico puedes tener un tráfico recurrente a tu web, lo que se puede traducir en relevancia de marca y ventas.

¿Te animas a implementar una estrategia de e-mail marketing para tu negocio, o prefieres seguir peleando con los algoritmos? Déjame tu opinión en la sección de comentarios 👇.