Hace unos días, mientras ayudaba a planificar los contenidos de una ONG para la que presto mis servicios de content marketer, me topé con un artículo escondido en su página web. Nadie parecía recordarlo. Era viejo, sí, pero al leerlo descubrí que era una joya olvidada.
Se trataba de una historia personal, de esas que no deberían quedarse archivadas en un rincón digital.
Al contrario, era un contenido perfecto para rescatar y darle nueva vida.
Y eso me llevó a la siguiente conclusión: hay joyas que muchas organizaciones tienen escondidas en su web, simplemente porque no saben que están ahí, y resulta que son historias dignas de ser contadas otra vez, pero desde formatos y ángulos distintos.
Aquí te cuento cómo lo hice, qué aprendí en el camino y cómo tú también puedes revivir esos contenidos olvidados en tu web.
La historia detrás de la historia
El artículo al que me refiero lo había escrito un miembro del equipo de esa ONG. Era el testimonio de Tim, un misionero en África, sobre cómo llegó a ese llamado.
Su relato estaba lleno de pruebas, desafíos y búsquedas de propósito. No sólo era inspirador: era contenido alineado con los objetivos de esta organización cristiana, parte de su storytelling y con gran potencial para motivar a otros.
Pero había unos desafíos para transformar el texto.
Primero, el artículo estaba en inglés, y aunque me desenvuelvo muy bien con el idioma el formato en el que estaba, no era muy atractivo de leer.
Eran párrafos muy largos, unos grandes bloques de texto que hacían pesada la lectura en pantalla.
Cómo le di nueva vida a esa joya
El proceso de “rescate” lo hice en varias etapas:
1/ Apoyarme en la inteligencia artificial generativa
Usé NotebookLM, una herramienta de Google que trabaja con su modelo Gemini. Le pasé el enlace del artículo y me generó resúmenes, puntos clave e incluso un mapa mental.
Ojo: no me quedé solo con lo que arrojó esta IA. Siempre contrasté con el texto original y hasta usé Google Translate como respaldo, para no meter la pata con una historia que también tenía un contenido doctrinal.
2/ Pensar en nuevos formatos
Con el material procesado, decidí convertir la historia en un carrusel de 12 láminas para Instagram y un post para Facebook. El gancho fue claro: invitar a leer el artículo completo en la web.
3/ Editar y diseñar
Después de pulir los textos y trabajar el diseño gráfico, el contenido estaba listo para ser programado en redes sociales.
En pocas palabras, tomé un artículo olvidado y lo transformé en piezas útiles, atractivas y listas para circular en distintos canales.
Los 4 pasos para rescatar tus contenidos en tu web
Si quieres replicar este proceso en tu organización, aquí tienes un sistema sencillo de cuatro pasos:
1/ Haz un inventario de tu web
Revisa tu blog o página cada cierto tiempo (mensual sería lo ideal). No hace falta inventar la rueda: probablemente ya tienes material valioso publicado.
2/ Filtra lo que vale la pena rescatar
¿Qué contenidos siguen siendo relevantes? Usa tus estadísticas en Google Analytics (o la herramienta que tengas) y determina cuáles temas no han perdido vigencia en base a las visitas que recibe.
Incluso si el contenido caducó, como una nota de prensa, es posible extraer ideas o fragmentos útiles.
3/ Piensa en nuevos formatos
Un artículo puede transformarse en un video corto, un carrusel, un audio, una infografía… La clave está en adaptarlo al canal donde quieras publicarlo.
4/ Adapta y apóyate en la IA
Usa herramientas de IA para dividir, resumir o reformular textos. Te ahorrará tiempo, pero recuerda: la línea editorial y la coherencia de tu marca siguen estando en tus manos.
Comienza ya a repotenciar tus contenidos
Muchas veces, las webs de empresas y ONG son tratadas como el “patito feo” del ecosistema digital. Las redes sociales van por un lado y la web por el otro. No “conversan” entre sí. Pero tu sitio es un activo digital clave. Lo pagas, lo mantienes, y debería trabajar a tu favor.
Rescatar contenidos olvidados no sólo optimiza recursos, sino que también ahorra tiempo y fortalece tu estrategia de comunicación.
Eso sí, reutiliza con criterio. Secciones como “Misión” o “Contacto” no son para reciclar. Lo que realmente importa son los contenidos orgánicos que ya publicaste: artículos, testimonios, notas, entrevistas.
Y si llegaste hasta aquí, te propongo algo: haz un inventario de los contenidos que ya tienes en tu web.
Seguro encontrarás al menos una joya que merece volver a brillar en otros formatos y plataformas. Créeme, es una de las formas más inteligentes de aprovechar todo tu esfuerzo.
Moisés G. Hernández